Belleza y excelencia
Complejidad, tecnología, belleza y exclusividad
El fondo de la caja del reloj es una verdadera joya. Para concebir las herramientas que permiten darle forma a la medalla de titanio, se ha recurrido a los grabadores, verdaderos artistas formados en la célebre escuela Boulle de París y con muchos años de experiencia práctica.
Después de haber concebido el diseño, el grabador dará forma durante varios días a la herramienta (núcleo) grabándola a mano en una pieza de metal duro. Este núcleo quedará integrado en las herramientas del estampador que deberá realizar una proeza tecnológica: reproducir en una arandela de titanio (metal ligero y muy resistente) el estampado grabado sin romper el núcleo y obteniendo el mejor resultado posible.El fondo «bruto» obtenido de esta manera se tornea y perfora a continuación para conseguir las dimensiones adecuadas y asegurar un ajuste óptimo con la carrura a fin de obtener una hermeticidad perfecta.
Después de esta fase de manufactura interviene otro verdadero artista: el pulidor. Este artesano, con cepillos y lijas de distintas texturas, le dará vida y brillo al fondo del reloj.
Estas competencias son muy difíciles de encontrar y tardan mucho en ser adquiridas. Solamente la complejidad y belleza de su fondo ya convierte al reloj Marcel Bouvier en una joya prestigiosa y única.